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Permeabilidad intestinal y desencadenantes inflamatorios

allergy inducing foods
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La salud gastrointestinal (GI) adecuada cumple una función esencial para un estado inmunitario fuerte y el bienestar general. Los estudios de investigación establecen una asociación cada vez mayor entre los desequilibrios del intestino y las enfermedades que, a primera vista, parecerían no estar relacionadas con la función intestinal. El trabajo de diversos investigadores vincula la permeabilidad intestinal con rinitis o alergias respiratorias crónicas,1 asma,2 y eccema.3 Asimismo, se ha establecido que la disbiosis intestinal desempeña un papel en muchas afecciones autoinmunitarias y otras enfermedades crónicas,4 y que las reacciones alimentarias a menudo tienen síntomas que se manifiestan lejos de los intestinos. 

Algunas de las consecuencias comunes de las reacciones alimentarias pueden ser cefaleas y migrañas. El Dr. Robert Sheeler, profesional certificado por el IFM y especialista en cefaleas, describe la gran cantidad de síntomas que pueden presentarse con las reacciones alimentarias: 

[Video Time: 1 minute.] El Dr. Sheeler está acreditado en medicina familiar, medicina holística, medicina integradora y medicina especializada en cefaleas, y es un profesional certificado en medicina funcional. También ha dictado muchos seminarios, tanto dentro como fuera del país, sobre trastornos de cefaleas, que combinan estrategias de la medicina tradicional e integradora. 

Eccema e intestino

Como indica el Dr. Sheeler, las reacciones alimentarias a veces pueden presentarse en forma de erupciones o problemas cutáneos. A primera vista, la conexión entre la alteración de la mucosa intestinal y el eccema podría parecer la más directa; se conoce que los pacientes con eccema tienen alteraciones en el microbioma de la piel5 y de la integridad de la barrera6, por lo que el vínculo entre el microbioma de la piel y el intestinal parece intuitivo. 

En efecto, hay cada vez más pruebas de que los tratamientos dirigidos a restaurar el equilibrio en el microbioma intestinal, tales como ingerir probióticos, pueden reducir el eccema7 y de que el uso de prebióticos y probióticos de forma temprana podría tener una función en la prevención del eccema.8,9No obstante, una revisión de Cochrane de 2018 de 39ensayos controlados aleatorizados reveló que los tratamientos con probióticos solo brindaron una ligera reducción de la gravedad del eccema en los pacientes.10 Es posible que haya otro enfoque más eficaz: eliminar los desencadenantes inflamatorios ambientales.11 

Cefaleas, migrañas y reacciones alimentarias

Las personas con síntomas gastrointestinales crónicos son más propensas a tener cefaleas o migrañas.12 Es probable que la respuesta inmunitaria proinflamatoria asociada con la permeabilidad intestinal desempeñe un papel en el aumento de la frecuencia de las cefaleas y migrañas. 

Muchos pacientes que sufren de migrañas o cefaleas crónicas refieren que les parece que hay factores alimentarios involucrados.13,14 Los desencadenantes dietarios tienden a ser personalizados y las intervenciones deben hacer énfasis en un cambio de estilo de vida saludable general y no tan solo en una simple restricción alimentaria.15 Sin embargo, la investigación sugiere que ciertas clases de alimentos parecen desencadenar cefaleas. Por ejemplo, un estudio observacional de 115 niños con cefaleas crónicas excluyó la cafeína, el GMS, el cacao, el aspartamo, el queso, los cítricos y los nitratos durante seis semanas.16 Transcurridas estas seis semanas, el 87% de los niños ya no sufría de cefaleas.16 Cabe destacar que este estudio observacional no realizó seguimiento durante la reintroducción de los alimentos para identificar cuáles podrían haber sido los desencadenantes concretos para cada individuo.16 

Si bien no se comprenden del todo los mecanismos, las alergias alimentarias mediadas por IgG y la respuesta inflamatoria resultante podrían tener un papel importante en la presentación y frecuencia de los síntomas de migraña.17 Algunos estudios han examinado cómo las pruebas de anticuerpos IgG podrían guiar la exclusión de ciertos alimentos, y mostraron una reducción en las cefaleas cuando se eliminaron los alimentos que arrojaron resultados positivos en las pruebas.17-19 Un ensayo clínico doble ciego, controlado y aleatorizado de 2019 investigó el potencial terapéutico de una dieta de eliminación de IgG combinada con probióticos para el tratamiento de migrañas y del síndrome de intestino irritable.17 Los resultados sugirieron una disminución en la frecuencia de las migrañas en los sujetos que siguieron la dieta de eliminación de IgG y en aquellos que siguieron la dieta junto con probióticos.17 

Síntomas no gastrointestinales de la sensibilidad al gluten no celíaca, la alergia al gluten y la enfermedad celíaca

El consumo de gluten se asocia con varios trastornos clínicos más allá de la afección autoinmunitaria conocida como enfermedad celíaca (EC), lo que incluye la alergia al trigo y la sensibilidad al gluten/trigo no celíaca (SGNC/STNC). La SGNC se considera una enfermedad relacionada con el sistema inmunitario20 y, si bien se observa un aumento de la permeabilidad intestinal tras el consumo de gluten en las personas con EC, los datos son contradictorios en lo que respecta a si la barrera epitelial es un factor patógeno colaborador para su aparición.21 No obstante, un estudio de 2016 sugirió que la alteración de la barrera epitelial del intestino podría derivar en un aumento de la translocación microbiana y en respuestas inmunitarias sistémicas,22 que, a su vez, podrían contribuir a la fisiopatología de la SGNC.21 

Los cambios en el microbioma intestinal provocados por el consumo de gluten también influyen en la fisiopatología de la SGNC.23 La posible inflamación GI y sistémica como consecuencia de la disbiosis intestinal podría ayudar a explicar la variedad de presentaciones clínicas de la SGNC.23,24 Además de los síntomas GI, se ha asociado una amplia gama de síntomas extraintestinales no solo con la SGNC, sino también con la EC y la alergia al trigo, lo que sugiere manifestaciones sistémicas de las afecciones. 

Aunque hay muchas manifestaciones de estas afecciones y superposiciones entre ellas, la siguiente es una muestra de los síntomas extraintestinales observados:20,25-27 

Enfermedad celíaca 

  • Enfermedades autoinmunitarias 
  • Osteoporosis 
  • Epilepsia 
  • Infertilidad 
  • Depresión 
  • Defectos en el esmalte dental, etc. 

Sensibilidad al gluten/trigo no celíaca 

  • Fatiga 
  • Cefalea 
  • Dolor articular u óseo 
  • Manifestaciones cutáneas tales como erupción o eccema 
  • Trastornos del estado de ánimo, etc. 

Alergia al trigo 

  • Eccema 
  • Urticaria 
  • Asma 
  • Rinitis 
  • Anafilaxia, etc. 

Aplicación clínica: pasos prácticos

Identificar y tratar los desencadenantes inflamatorios ambientales que generan o perpetúan la inflamación y el desequilibrio GI puede ser complicado debido a la gran variedad de los síntomas. Se utilizan herramientas de la medicina funcional, tales como la matriz y la línea de tiempo, para diagramar el recorrido de la salud del paciente, organizar sus desequilibrios clínicos y ayudar a desarrollar una estrategia de tratamiento personalizada. Estas estrategias pueden incluir la eliminación de potenciales desencadenantes, el uso de planes de alimentación terapéuticos y nutracéuticos, y el abordaje de factores de estilo de vida modificables con el objetivo de generar un cambio a un estilo de vida más sano. 

Con respecto a las reacciones alimentarias, en particular, los desencadenantes dietarios podrían ser sumamente específicos de la persona e incluyen variables compuestas, tales como reactividad cruzada. Asimismo, si un paciente restringe determinados alimentos, como el gluten, sin el asesoramiento nutricional adecuado, puede derivar en una dieta desequilibrada con una densidad de nutrientes deficiente y exacerbar los problemas de salud. Las herramientas de la medicina funcional ayudan a tratar cualquier problema nutricional posible que pueda surgir por seguir una dieta terapéutica al guiar a los pacientes en el proceso, destacar los nutrientes de interés y abordar la manera en que los pacientes pueden acceder a nutrientes específicos por medio de alimentos o suplementos. 

Además de eliminar posibles alimentos desencadenantes, el IFM recomienda reforzar la salud intestinal al reducir la inflamación, mejorar el estado nutricional y fortalecer el microbioma con prebióticos o probióticos. Estos pasos pueden ayudar a disminuir la activación inmunitaria y conducir a una mejor salud general, más allá de aliviar los síntomas. Obtenga más información sobre cómo mejorar la salud gastrointestinal en el módulo de práctica avanzada de medicina gastrointestinal (GI) del IFM. 

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Referencias  

  1. Steelant B, Farré R, Wawrzyniak P, et al. Impaired barrier function in patients with house dust mite-induced allergic rhinitis is accompanied by decreased occludin and zonula occludens-1 expression. J Allergy Clin Immunol. 2016;137(4):1043-1053.e5. doi:10.1016/j.jaci.2015.10.050
  2. Hijazi Z, Molla AM, Al-Habashi H, Muawad WM, Molla AM, Sharma PN. Intestinal permeability is increased in bronchial asthma. Arch Dis Child. 2004;89(3):227-229. doi:10.1136/adc.2003.027680
  3. Sheen YH, Jee HM, Kim DH, et al. Serum zonulin is associated with presence and severity of atopic dermatitis in children, independent of total IgE and eosinophil. Clin Exp Allergy. 2018;48(8):1059-1062. doi:10.1111/cea.13158
  4. van der Meulen TA, Harmsen H, Bootsma H, Spijkervet F, Kroese F, Vissink A. The microbiome-systemic diseases connection. Oral Dis. 2016;22(8):719-734. doi:10.1111/odi.12472
  5. Paller AS, Kong HH, Seed P, et al. The microbiome in patients with atopic dermatitis. J Allergy Clin Immunol. 2019;143(1):26-35. doi:10.1016/j.jaci.2018.11.015
  6. Wollina U. Microbiome in atopic dermatitis. Clin Cosmet Investig Dermatol. 2017;10:51-56. doi:10.2147/CCID.S130013
  7. Lu CL, Liu XH, Stub T, et al. Complementary and alternative medicine for treatment of atopic eczema in children under 14 years old: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials [published correction appears in: BMC Complement Altern Med. 2019;19(1):16]. BMC Complement Altern Med. 2018;18(1):260. doi:10.1186/s12906-018-2306-6
  8. Szari S, Quinn JA. Supporting a healthy microbiome for the primary prevention of eczema. Clin Rev Allergy Immunol. 2019;57(2):286-293. doi:10.1007/s12016-019-08758-5
  9. Schmidt RM, Pilmann Laursen R, Bruun S, et al. Probiotics in late infancy reduce the incidence of eczema: a randomized controlled trial. Pediatr Allergy Immunol. 2019;30(3):335-340. doi:10.1111/pai.13018
  10.  Makrgeorgou A, Leonardi-Bee J, Bath-Hextall FJ, et al. Probiotics for treating eczema. Cochrane Database Syst Rev. 2018;11(11):CD006135. doi:10.1002/14651858.CD006135.pub3
  11.  Kantor R, Silverberg JI. Environmental risk factors and their role in the management of atopic dermatitis. Expert Rev Clin Immunol. 2017;13(1):15-26. doi:10.1080/1744666X.2016.1212660
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  13.  Finocchi C, Sivori G. Food as trigger and aggravating factor of migraine. Neurol Sci. 2012;33(Suppl 1):S77-S80. doi:10.1007/s10072-012-1046-5
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